A 40 AÑOS DEL GOLPE. Más presentes que nunca
A 40 años del golpe cívico-militar que significara el ingreso a la más oscura noche de la historia Argentina, su evocación moviliza una vez más la memoria y nos hace reflexionar sobre las condiciones que hicieron posible la gestación de una de las etapas más cruentas de nuestra historia. El golpe del 76 fue posible porque se conjugaron dos situaciones. Por un lado, el contexto interno marcado por una profunda crisis económica, social y política que tras la muerte del entonces Presidente Perón quien había llegado al gobierno después de 18 años de exilio, con casi el 80% de los votos, dejó el camino expedito para ser campo de batalla de una lucha que no era nuestra y en la cual los muertos y desaparecidos, como siempre, los puso el pueblo argentino.
Por otro, el contexto internacional, la Guerra Fría y las primeras acciones de la Doctrina de Seguridad Nacional como instrumento de intromisión de los países centrales en los países de Latinoamérica, junto a la complicidad manifiesta de sectores civiles que participaron activamente para generar y luego sostener las condiciones que llevaron a la dictadura militar.
Para quienes vivimos aquellos momentos nuestro cotidiano se transformó radicalmente. La escuela, la parroquia del barrio, el almacén, el banco y la casa de los amigos, tomaron la impronta de ese contexto y nuestra realidad cambió para siempre. Basta recordar el incremento de las fuerzas armadas en las calles, sonidos de estruendos inéditos para nuestros oídos, tristeza e incertidumbre y el miedo. Un miedo inusitado que poco podían calmar nuestros padres y abuelos porque difícil era explicar lo que estaba sucediendo. Desde el presente comprendemos que se estaba socavando la democracia, mientras se sentaban las bases para un gobierno que impondría la violencia y el terrorismo para instalar las nuevas directrices económicas que nos correspondían por ser parte de este continente. Rodolfo Walsh lo denunciaba descarnadamente en su Carta Abierta a la Junta Militar cuando decía: “En la política económica de ese gobierno debe buscarse no sólo la explicación de sus crímenes sino una atrocidad mayor que castiga a millones de seres humanos con la miseria planificada.” Lamentablemente, esa política económica sigue hoy más vigente que nunca en el mundo, con deudas externas que expolian a nuestros pueblos e hipotecan el futuro de las naciones.
Hoy, quienes vivimos esa historia, la podemos rememorar. Nuestros hijos, nuestros estudiantes y jóvenes trabajadores, sólo pueden experimentar la transmisión oral de aquellas vivencias o acceder a diferentes producciones científico – históricas. Pero no está la vivencia, la experiencia, esa es intransferible. Pero hay también formas diversas de contar la historia, una posible es a través de un diálogo que la actualice, que la transforme en algo significativo para las nuevas generaciones. Por eso desde la Facultad de Ciencias de la Comunicación nos animamos a emprender el desafío de “7/40”, un proyecto transmedia para que los más jóvenes dimensionen desde el relato ficcional de dos estudiantes muy parecidos a cualquier estudiante de hoy, el clima de época.
Experimentar la cotidianeidad de los acontecimientos históricos no sólo fortalece el conocimiento sobre el contexto sino que moviliza nuestras emociones más profundas. Nos llama a reflexionar sobre lo que verdaderamente implica defender los valores de la libertad, la solidaridad, la justicia, la igualdad, el derecho a una vida digna y el derecho a la comunicación.
Así las Madres, serán nuestras Madres; las Abuelas, serán nuestras Abuelas; y los 30.000 compañeros estarán más presentes que nunca para mirar desde la historia y construir desde allí el futuro, el destino que desde los comienzos de esta nación soñaron quienes lucharon por ella.